Según Aurelia Peña, quien frecuenta el programa de 100 Ciudadanos, a través de los años se ha empezado a querer un poquito más y comenta que si no ve por ella, nadie más lo va a hacer. “Yo vengo aquí por mí y para mí”, dice , y concluye: “Voy a seguir en el programa hasta que Dios me de vida”.

Por NATHALY ALCALÁ
EL NUEVO SOL

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Después de años de esfuerzo, dedicación y de haber criado a sus hijos en un hogar lleno de valores y amor, Aurelia Peña dice: “ahora es turno de mejorar mi salud”. Peña, de 64 años de edad, se integró al programa “100 Ciudadanos” del Valle de San Fernando luego de dirigirse al doctor y enterarse que era propensa a padecer diabetes.

“Fue en ése momento cuando me dije: ‘¿Qué esperas, Aurelia? ¡Vamos!’”, comenta Peña, residente de Van Nuys. A pesar de vivir un poco retirada del parque, ella no se pierde ninguna clase tres veces a la semana. Este programa, dice, le ha cambiado la vida para bien.

El programa de ejercicios y prevención de diabetes 100 Ciudadanos fue establecido en 2011 por el profesor Steven Loy, profesor de kinesiología de la Universidad del Estado de California en Northridge. (CSUN)

El estudiante de kinesiología de CSUN, Víctor Solano, de 22 años de edad, cuenta que dividen a los participantes por grupos dependiendo de su edad y el rendimiento físico de cada persona.

“En este programa hay un grupo de mayores de edad de 20 a 40 años y hay otro grupo de adultos de 50 años en adelante, y la intensidad de los ejercicios son diferentes”, comenta Solano, quien entrena a los participantes del 100 Ciudadanos los lunes, martes y viernes.

Peña pertenece al grupo de adultos. Sin embargo su energía y fuerza no la hacen aparentar los 64 años que tiene. Peña es una mexicana simpática, sonriente, de 1.55 metros de estatura (5 pies y 1 pulgada) y cabello rojizo.

Aurelia Peña realiza ejercicios de balance junto con otras participantes del programa de 100 Ciudadanos en la Ciudad de San Fernando. Foto: Nathaly Alcalá / El Nuevo Sol

Aurelia Peña realiza ejercicios de balance junto con otras participantes del programa de 100 Ciudadanos en la Ciudad de San Fernando. Foto: Nathaly Alcalá / El Nuevo Sol

“La señora Aurelia cuando viene a este programa viene muy entusiasmada”, comenta Marisol Díaz, de 26 años de edad, estudiante de kinesiología de CSUN y entrenadora de ejercicios en el programa, “se esfuerza bastante, siempre quiere aprender las técnicas de los ejercicios, hace preguntas y se motiva tanto a ella como a sus compañeros”,

Díaz lleva un año conociendo a Peña y asegura que ha visto cómo ha ido mejorando en flexibilidad y destreza física. “Veo que está más fuerte y flexible, siempre da el máximo,” dice.

Peña, se unió al programa 100 Ciudadanos en septiembre del 2013, pesando 80.7 kilos (178 libras). Pero para febrero de 2014 puede decir que el esfuerzo y dedicación han valido la pena, ya que pesa 74.8 kilogramos (165 libras). Sin embargo, comenta que espera perder más porque quiere llegar a tener el peso de cuando estaba más o menos joven.

Lo que sí es cierto es que lo que más le gusta de éste programa no es bajar de peso, sino más bien la felicidad que le brinda a diario.

“Lo que me motiva a venir todos los días es el sentirme bien, el ejercicio me da energía, me siento a gusto, contenta y por eso estoy aquí”, comenta con alegría al ver como ha cambiado su vida.

El estrés, las preocupaciones, la ansiedad y depresión influyen en el aumento de peso. Y éste fue el caso de Peña, quien es madre soltera y ha tenido que luchar sola para ver a sus hijos crecer en el camino del bien.

“De todas maneras siento que aunque no coma, subo de peso”, dice Peña, quien asegura que el estrés han sido la causa de su aumento de peso. Peña llegó a Estados Unidos cuando tenía 40 años y hoy en día trabaja en un colegio. Comenta que no hay trabajo que le cubra 40 horas, por lo que se le hace difícil pagar renta y a la vez comer sano.

“Tengo un hijo enfermo que está en México y tiene esquizofrenia y de vez en cuando le mando algo porque para acá y para allá no alcanza”, comenta con tristeza.

Peña cuenta que comer saludable en California es complicado, ya que los vegetales y frutas cuestan más que una hamburguesa, helados, frituras o chocolates. Es por ello que ella optaba por comprar lo más barato sin importarle si era saludable o no. Sin embargo, Peña, quien nació en la capital de México, asegura que comía mejor en su tierra ya que todo era orgánico y más económico.

“En México no me alcanzaba para las chucherías, así que sólo trataba de comer cosas saludables, pero posiblemente en México todo era más saludable porque todo era orgánico.” dice. Peña cuenta que en México se encontraba mucho más delgada, ya que comer saludable estaba a su alcance.

La diabetes estuvo presente en su familia, incluyendo su madre, quién falleció hace aproximadamente tres años en México.

“Hija ya me voy, yo que creo que ya no nos vamos a ver”. Éstas fueron las últimas palabras que Peña escuchó de su madre antes de que ésta regresara a México. Peña nunca esperaba que su madre le dijera eso, sin embargo ella le respondió a su madre:

“No, yo le pido que primero me vaya yo y después usted”.

Pero, a los ocho días, su madre falleció. Peña comenta que posiblemente su madre murió por estar sola ya que no tenía quién le preparara la comida o quién la cuidara.

“Tengo entendido que cuando se tiene diabetes se tiene que comer a las horas, pero mi mamá estaba sola”, comenta con un nudo en la garganta y con la voz un poco quebrada.

“No se cómo ni cuándo se fue, lo único que sé es que ya no está aquí.”

Sin embargo, la madre de Peña no era la única en la familia padeciendo de diabetes. Su hermana, hoy en día padece de diabetes y de presión alta.

“He invitado a mi hermana al programa pero no quiere”, comenta. Ella desea que su hermana participe en el programa 100 Ciudadanos ya que considera que éste le cambiará la vida como se la ha cambiado a ella.

“Mi hermana está en tratamiento, pero no quiere caminar” comenta con tono de preocupación.

Para Peña, sus hijos siempre han sido su prioridad, pues siempre ha trabajado para que no les falte nada. Actualmente vive con su hija de 20 años, quien a veces, cuando la ve un poco acatarrada, le pide que no asista al programa de 100 Ciudadanos. Pero Peña siempre le dice:

“No mamacita, ésta es mi hora, mía y nada más”.

Peña comenta que ahora que sus hijos están grandes, ha llegado su turno de recuperar la figura y amor hacia ella.

“Mis hijos siempre han sido primero, después ellos, por último ellos y ¿para mí? ¡Nada! Entonces, es justo que ahora hagan algo para mí, aunque sea esto, en donde sólo invierto mi tiempo”, comenta y asegura que la hora de ejercicio es de ella y de más nadie.

Según Peña, a través de los años se ha empezado a querer un poquito más y comenta que si no ve por ella, nadie más lo va a hacer.

“Yo vengo aquí por mí y para mí”, dice , y concluye: “Voy a seguir en el programa hasta que Dios me de vida”.

Para más información sobre el programa de 100 Ciudadanos, visite: www.100citizens.org


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