¿Cómo perdí a mi mejor amiga en un accidente de auto?

El 53 por ciento de los conductores y pasajeros que mueren en accidentes de tráfico no llevan cinturón de seguridad. Ponerse el cinturón reduce el riesgo de muerte en 45 por ciento.

Por GUADALUPE QUINTERO
EL NUEVO SOL

Desde muy pequeña, siempre fui una persona muy tímida y callada, pero gracias a que conocí a mi mejor amiga, Brianda Lucely López, eso cambió. Yo conocí a Brianda en la escuela primaria, cuando yo estaba en cuarto grado. Ella venía del estado de Iowa. Tenía un carisma de otro nivel, era muy risueña y siempre lo fue hasta el último día de su vida.

Desde el momento que nos conocimos, fuimos inseparables. Yo la veía como la hermana que nunca tuve. Ella y su madre, Esperanza, vivían justo al otro lado del edificio de apartamentos en el cual yo y mi familia vivimos por muchos años. Siempre hacíamos todo juntas, desde que nos graduamos de la escuela primaria hasta el día que nos graduamos de la preparatoria.

Después de que me gradué de la escuela preparatoria, yo y mi familia nos mudamos de casa. Eso nos afectó demasiado porque ya casi no nos veíamos como antes. Sí hablábamos por teléfono, pero no era tan seguido. Sin darme cuenta, la distancia hizo que me afectara demasiado no tener a mi mejor amiga a mi lado, como cuando éramos más pequeñas.

Me duele mucho hablar acerca de este tema porque nunca me imaginé pasar por tan grande tragedia, ya que mi familia jamás ha pasado por algo así. Lamentablemente, Brianda falleció el 1 de agosto de 2012, tres días después de cumplir los 20 años de edad. Murió un en accidente automovilístico. De acuerdo al reporte de la policía de Los Ángeles, eran aproximadamente 20 minutos antes de las once de la noche cuando Brianda perdió el control de su automóvil y se estrelló contra una cerca y un contenedor de basura. Mi amiga no llevaba puesto el cinturón de seguridad y murió instantáneamente. Cuando llegaron los paramédicos, ya había fallecido.

El 53 por ciento de los conductores y pasajeros que murieron en accidentes de tráfico en 2009 no llevaban cinturón de seguridad, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Ponerse el cinturón reduce el riesgo de muerte en 45 por ciento.

El día de su cumpleaños, le llamé a Brianda para felicitarla y le dije que la quería mucho. Nunca pensé que ese día iba ser la última vez que escuchara su voz. La noche que ella falleció, yo estaba en el cine con mi novio. Eran como las once de la noche cuando, camino a mi casa, me percaté que había un accidente. Pero nunca me imaginé que en ese accidente había muerto mi mejor amiga.

El Departamento de Motores y Vehículos de California estima que los accidentes automovilísticos son la causa principal de muerte de jóvenes entre los 16 y 19 años de edad en Estados Unidos. Solo en 2008, los accidentes de conductores jóvenes entre 15 y 20 años causaron 6,428 muertes en el país y 593 de ellas en California.

Al día siguiente, me despertaron los timbres de mi celular que no pararon de sonar toda la mañana. Al enterarme que mi mejor amiga había fallecido la noche anterior, me solté en llanto, fue algo muy inesperado e impactante para mí. Rápidamente, me dirigí hacia su casa, donde encontré a varios de sus familiares reunidos. Encontré a su mamá llorando desconsoladamente e instantáneamente corrí hacia ella y le di un abrazo muy fuerte. Ella siempre supo el amor y admiración que yo tenía para Brianda.

A pesar que han pasado algunos años del fallecimiento de Brianda, no he aprendido a superar esa pérdida tan grande, ese vacío que me dejó Brianda. Desde el momento en que tuve que vivir su perdida física, he regresado a ser una persona muy seria y tímida. Casi no me gusta hacer amistades por temor a perder a una amiga nuevamente. Por otra parte, la muerte de Brianda me ha dejado lecciones de vida. Por ejemplo, comprendí que nada es eterno y que la vida es muy valiosa. Es difícil a veces recordarlo, pero hoy en día siempre trato de decirles a mis padres y a mis seres queridos que los quiero mucho.

Si yo pudiera regresar el tiempo, lo cambiaría todo. A veces, me arrepiento de haber permitido que nuestras ocupadas vidas crearan una distancia entre Brianda y yo. Pero las cosas suceden, y el pasado no se puede cambiar. Lo único que nos queda es seguir adelante y tratar de no cometer los mismos errores.

Sobrevivir una pérdida de un ser querido no es fácil de superar. De acuerdo al Instituto de Nacional de Cáncer, algunas personas que experimentan tristeza y angustia enfrentarán bien la pérdida de un ser querido, mientras que otros pueden necesitar algún tratamiento psicológico.

Consulte la sección de “Aflicción, duelo y manejo de la pérdida” del Instituto Nacional del Cáncer para encontrar más información.


Tags:  #PostalesU Brianda Lucely López California Department of Motor Vehicles CDC Guadalupe Quintero

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Guadalupe Quintero
Mi nombre es Guadalupe Quintero, estudio periodismo en español en la Universidad del Estado de California en Northridge (CSUN). Me gusta escribir de inmigración y salud entre la comunidad latina. Mis pasatiempos favoritos son los deportes, soy fanática del béisbol, y también me gusta escribir.




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