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Sobreviviendo la crisis / Surviving the crisis

Sobreviviendo la crisis: carta de los editores

Adolfo Flores, Cindy Von Quednow y Jacky Guerrero trabajando en la edición final del periódico El Nuevo Sol.

ADOLFO FLORES Y CINDY VON QUEDNOW
Editores

Mientras se incrementaba la tensión durante una de las varias largas noches en la oficina, los editores de esta edición tomamos un momento para reflexionar y vimos las páginas preliminares en nuestras manos.

La foto ilustra una madre soltera al lado de sus dos hijos que tienen parálisis cerebral. Su rostro demuestra el amor por sus pequeños, y a la vez, cansancio.

Fue entonces cuando aclaramos nuestras mentes estresadas y vimos la gran pantalla: comprendimos que estábamos trabajando en algo más grande que nosotros.

Si no fuera porque la reportera y el fotógrafo contaron la historia, nadie se habría dado cuenta de los esfuerzos de una madre y su intento de navegar en un sistema de salud que está plagado de burocracia y, para muchos latinos, de barreras de idioma.

Esta es una de docenas de fotos y artículos que arman esta edición, en donde atacamos un monstruo de cuatro cabezas: salud, vivienda, educación y justicia medioambiental. Son artículos que quizás no sean cubiertos en los grandes medios de comunicación masivos.

Justicia medioambiental: comunidad lucha en contra de emisiones diesel

Durante una junta de Pacoima Beautiful, Ángeles Trejo comparte el problema de asma que tiene su hija.

Por DIANA GARDUÑO

Ser ama de casa, madre de dos hijas e ir a la escuela para aprender inglés en las tardes es suficiente para terminar en la cama al final del día, cansada, con dolor de cabeza y mucho sueño. Sin embargo, desde hace dos años Ángeles Trejo sacrifica los pocos ratos libres y prepara la cena temprano para servir como voluntaria en una orgaanización llamada Pacoima Beautiful.

La motivación de Trejo, al igual que otras madres en Pacoima que se han involucrado en esta organización, ha sido la familia. Todas ellas conocen a personas o tienen familiares que han sido diagnosticados con problemas de salud como asma o cáncer, resultado del gran nivel de contaminación en el aire que padece la comunidad.

Estas amas de casa, esposas y madres, han decidido ser voluntarias para lograr hacer un cambio y ser las voces de una comunidad de bajos recursos que sufre y es impactada por problemas ambientales. De acuerdo a Pacoima Beautiful estas condiciones devienen del estar rodeado por tres autopistas, tener sitios tóxicos y aplicaciones industriales que complican la salud de la gente. Lo peor de todo es que las encuestas en la comunidad han determinado que el 70 por ciento de los residentes carecen de seguro médico.

Justicia medioambiental: contaminación en las escuelas

Por PABLO BELLOSO CHÁVEZ


El asma y la contaminacón ambiental por Maeve Curran.

Sentado en medio de una docena de bancas en el comedor de su escuela, durante un día nublado y caliente, Joaquín Alvarado, 11, cuenta qué le pasó a uno de sus amigos mientras jugaban: “Él nomás estaba corriendo. Era muy buen corredor. Pero de repente tuvo un ataque de asma y se detuvo. Y tuvieron que darle su inhalador bien rápido para que pudiera respirar, y lo llevaron a la enfermera”, recordó Joaquín.

Casos como éste se pueden ver cada día en Los Ángeles, cuando una capa de humo y polvo, producida por la polución de los carros y las industrias, cubre la ciudad y tapa la vista con algo arenoso y amarillo.

Muy poco se puede comparar a la gran vista de Los Ángeles en una tarde de verano. Con todas las luces de cada color en desfile por las autopistas y las palmas bailando con la brisa en línea, la ciudad realmente brilla.

Pero durante la mañana, cuando todos van rumbo a sus trabajos y quehaceres, se alza la cabeza y se nota dónde termina lo azul del cielo y dónde comienza ese manto de luz sucia arriba de toda la ciudad.

Justicia medioambiental: los jóvenes se convierten en el cambio que desean

De acuerdo con Acción Comunitaria para Luchar contra el Asma (CAFA por sus siglas en inglés) el asma le afecta a estudiantes de un 6 a 8 por ciento, pero le afecta tres veces más a los estudiantes que viven en comunidades de bajos ingresos. (Fotos por HANNAH PEDRAZA / EL NUEVO SOL)

Por MARTHA MACIEL

Como cada lunes una docena de jóvenes se reúnen en un cuarto al fondo de las instalaciones de la organización Comunidades para un Medio Ambiente Mejor (CBE por sus siglas en inglés). Ellos conversan entre sí y comen esperando que sean las cinco de la tarde para empezar la junta. Los muchachos, de edades entre 16 a 18 años, junto con la coordinadora del programa juvenil empiezan su agenda introduciéndose para romper el hielo. Los miembros se juntan en parejas y se presentan uno al otro al grupo entero. Después de establecer confianza, la junta comienza a hablar sobre cómo la contaminación afecta y cómo pueden lograr la justicia medioambiental.

“Nosotros no juntamos basura o limpiamos las ciudades, claro que eso es importante pero nuestro enfoque es involucrar a la comunidad”, indicó Ángeles Zavala de 19 años, quien vive en la ciudad de Huntington Park.

Ella está consciente de que el aire que respira es diferente al que inhala la gente de altos ingresos, y por eso quiere hacer algo al respecto. Hace poco Zavala tuvo que empezar a usar un inhalador porque tenía una tos fuerte que no se calmaba.

Justicia medioambiental—Opinion: Realizing pollution

Ashwani Vasishth, director of the Institute for Sustainability, CSUN

By ASHWANI VASISHTH

Pollution!!! Billowing smoke stacks, belching tail pipes, the stench of chemicals, smoggy skylines—sights and sounds and smells. That’s what we think of, when we hear the word pollution. Because we are sensory creatures, first and foremost. Things are always more real to us when we can see, and touch, and hear, and feel, and taste them, than when we can’t. Abstractions are those things we can only conceive of in our mind’s eye. Reality is what’s empirical, what’s tangible, measurable.

People say, “pollution is getting better.” And it is, visibly speaking. But cancer rates are rising. Asthma is getting worse. Allergies are becoming more the norm. To the best of our knowledge, these trends are driven mostly by environmental factors. But these factors are increasingly becoming less tangible, less visible, less manifest. All trucks and buses and planes used to belch thick black smoke not so long ago. Now, visible exhaust is the exception not the norm. Has pollution gotten better? Or is it just different? Less visible. Does that make it harder to fight?

Salud: madre trata de sacar a sus hijos adelante

Francisca Arias con sus dos hijos, Marlena e Irvy Sánchez, 16 años, quien tienen parálisis cerebral debido a un parto prematuro. (Fotos Por NELSON LEMUS / EL NUEVO SOL)

Por STEPHANIE OLMEDO

Marlena Sánchez acababa de despertar de su siesta, su mamá la agarra de sus axilas porque no se puede levantar ella sola. Mientras tanto su hermano Irvy toca rancheras en el estéreo de la sala.

Su mamá, Francisca Arias, le pide que baje el volumen, pero a él le gusta mucho el ruido que solo sonríe y deja la radio prendido. Arias dice que a veces prende el televisor y la radio a la misma vez.

Cuando al fin apaga la radio y se sienta en su silla empieza a hablar de los personajes del programa de televisión, “Reno 911”, como si fueran buenos amigos. Es obvio que es su programa favorito.

Marlena por otra parte se sienta calladita en el sofá tocando su tambor y sonríe cuando le cuentan que le van a tomar su foto.

A pesar de ser gemelos, no podían ser más diferentes. Pero Arias sabe cómo adaptarse a los dos personalidades diferentes.

Salud: el costo de comer o no comer en la universidad

“No es fácil comer nutritivo sí uno tiene limites financieros”, dijo Elizabeth Zaragoza, estudiante de CSUN. (fotos por CAITLIN MCCARICK / EL NUEVO SOL)

Por JESSICA DURAN

Elizabeth Zaragoza se encuentra en una cafe-tería de la Universidad Estatal de California Northridge disfrutando de su comida antes de su clase. Vestida con jeans y una sudadera negra con letras rojas que leen “CSUN”, Zaragoza una estudiante de desarrollo infantil, cuenta por qué eligió una ensalada de El Pollo Loco para almorzar: “Trato de comprar ensaladas como ésta, que contienen proteínas y vegetales”, dijo.

Todos los días, los estudiantes universitarios se enfrentan a las diferentes opciones de comida que ofrecen los restaurantes de la universidad y deciden cuáles son las mejores para ellos.

Zaragoza, como muchos otros alumnos, compra comida en la universidad porque no tiene tiempo para preparársela en casa. Pero está consciente de los precios.

“La comida no es nada barata”, afirmó. Lo que pidió le costó más de lo que ella esperaba: “Pagué más de ocho dólares por esta ensalada…con eso pudiera haber comprado mucho más en el Burger King o en el Edge”.

Salud: crece la incidencia de cáncer juvenil en la comunidad latina

En el año 2006 se estimaron casi dos mil nuevos casos de cáncer entre los niños latinos en Estados Unidos. (Fotos cortesía de Sandra Villalta y José Ibarra)

Por KAREN CASTRO

La joven pareja compuesta por Sandra Villalta, 23, y José Ibarra, 24, describe a su primer hijo, José Luis Ibarra Jr. de tres años, como un niño muy energético y juguetón. “Siempre hacía a todos reír”, expresó Sandra.

Sin embargo, esta energía aparente se iría esfumando debido a su delicada salud. Meses después de haber cumplido un año de edad, Villalta notó un cambio drástico en su pequeño. “(José Luis) no quería comer o jugar”, comentó. “Se enfermaba muy a menudo y tenía magulladuras en su cuerpecito”.

Cuatro semanas después de una consulta con el pediatra, el chiquillo “Luigi”, como le llamaban de cariño, fue diagnosticado con cáncer. El tipo de carcinoma con el que fue diagnosticado es “Acute Lymphoblastic Leukemia”, también conocido como ALL. Este tipo de leucemia causa que los glóbulos blancos continuamente se multipliquen y sobreproduzcan en la médula ósea.

Salud—Opinion: Inequality in health

By JUANA MORA

Several weeks ago I had a conversation with someone about the impact of the current economic crisis on the health of Latinos in the U.S. This person’s perspective was that, Latinos in the U.S. have never had equal access to health care and therefore the economic crisis is “nothing new”, particularly among those who are in lower economic brackets. This is probably true. A majority of lower income Latinos who live and work in the U.S. do not have access to health care. In the U.S., 15.3 million Latinos lack health insurance because although they are most likely to be working, the jobs where they work do not offer health insurance. When Latino families are not covered by health insurance, they take care of their family’s health care needs by, waiting until the person is very ill and then take them to the emergency room, driving across the border for medical care and medications, sharing medications with neighbors and family or simply rely on home health remedies. While these serve health needs on an emergency basis, they are not substitutes for having a regular health care provider who can track a person’s health over time.

Vivienda: cuando el sueño se convierte en pesadilla

Juan Carlos y Blanca Cruz llenan papeles para tratar de salvar su casa durante una feria de LANHS en el Colegio Communitario de Compton.

Por YAZMÍN CRUZ

Damián y Benita Mendoza, de clase obrera, siempre habían soñado con tener su propia casa. Siete años atrás, su sueño se les hizo realidad y compraron su primera casa para sus tres hijos en la ciudad de Compton. “Para los latinos es un sueño tener su propia casita”, dijo Damián. “Nosotros pensábamos que ya la habíamos hecho”.

Cuando el valor de su casa subió, ellos refinanciaron al igual que muchos. El dinero que obtuvieron lo usaron para comprarle una casa a la madre de Benita. Cuando la crisis hipotecaria comenzó, los Mendoza se vieron afectados. Su interés se volvió variable y su pago subió a $ 2,500 al mes y se les hizo imposible de pagar. Su esposa, quien trabajaba en el Colegio de Cerritos como conserje, perdió su trabajo y ahora cuida de sus hijos y su madre enferma de diabetes. Damián es el que se encarga de contribuir a la deuda con su salario de mecánico. “El sueño se convirtió en pesadilla”, dijo Damián.

Vivienda: la pared de palabras. Mala interpretación de contratos causa frustración

Victoria Mole por fin pudo convencer al administrador de su apartamento que implementara un tratamiento para chinches, después que los animales le dejaron piquetes en su cutis. (Fotos Por SAMI ESHAGHI / EL NUEVO SOL)

Por WENDY BARBA

Sergio González (que pidió usar sinónimo) reside en Santa Mónica hace más de diez años. Durante todo este tiempo vivió en el mismo lugar, pagando $200 extra por su renta al mes. Fue víctima del arrendador de su departamento, quien se aprovechó de su ignorancia.

González dijo que no conocía sus derechos. No entendía lo que era ser protegido como arrendatario, mucho menos sus derechos como participante del control de renta. Admite que su error fue aceptar todo lo que le dijo el empresario y no hacer preguntas ni buscar ayuda.

“El dueño puso un precio fijo de renta que no coindicía con el precio que había puesto el Control de Renta de Santa Mónica”, explicó González.

Sólo el 44 por ciento de los latinos adultos son bilingües. Según el estudio conducido por Shirin Hakimzadeh y D’Vera Cohn del Centro Hispano Pew, menos de la mitad de la población latina puede tener una conversación en inglés.

Vivienda: estudiantes sin hogar

Por BETSY GARCIA

Sarah Heart conoce una realidad que muchos estudiantes de su edad no conocen. La joven está localizada en la ciudad de Downey y asiste el Colegio Comunitario de Cerritos.

Un día lleno de clases y trabajo es demasiado para un estudiante. Agréguenle a eso la preocupación de no saber dónde va a dormir esa noche.

“Hay mucha gente loca, pervertidos, acosadores,” contó Heart de una noche muy escalofriante mientras vivía en las calles.

“Un carro se paró una noche en medio en la calle, gritándome. Había como cuatro hombres en el carro y uno de ellos salió con un bate. Gracias a Dios, un carro vino, y ellos se fueron con rapidez”.

No fue un sueño de que se podría despertar después de una larga noche en su cama de bajo de un techo fijo, sino en las calles donde ella se encontraba detrás de un vehiculo.

Para los días de exámenes muchos estudiantes necesitan suficiente horas de dormir y no tener mucho de qué preocuparse; pero los estudiantes sin vivienda no tienen otras opciones. Ir a la escuela les ayuda a sentirse como un estudiante normal y distraerse de sus problemas.

“Cada noche hay aproximadamente 8 mil personas sin techo viviendo entre 1.8 millones de residentes en el Valle”, señaló Ken Craft, director de la Misión de Rescate del Valle San Fernando, cifrando un estudio que conducen cada año.

Vivienda—Opinión: Tenemos que ser proactivos e informarnos nosotros mismos

Por SUA IRIS HERNÁNDEZ

En todo este revoloteo de fracasos económicos, empezando por las empresas bancarias, los más vulnerables han sido totalmente ignorados. ¡Es una injusticia! A muchos inquilinos que han estado pagando su renta de repente les llega un representante bancario a decirles que tienen que desalojar las viviendas. En muchos casos se ha dado la situación de que el dueño de las propiedades es un inversionista oportuno, que ha perdido la propiedad. Como consecuencia, son los inquilinos que a pesar de pagar puntualmente sus rentas tienen que salir. En los casos de reposición de propiedades, son los arrendatarios los que acaban pagando las consecuencias de esta crisis hipotecaria.

Cuando vemos las noticias en los medios de comunicación, comúnmente leemos o escuchamos informaciones sobre la crisis de bienes y raíces con un enfoque centrado en los propietarios que pierden sus casas. En estos discursos se olvida con frecuencia que las víctimas más vunerables han sido los inquilinos, que sin culpa alguna, también están perdiendo sus hogares.

Educación: “Ser indocumentado es ser diferente”. Joven activista lucha por sus derechos

Las siete de la mañana en la línea roja en camino a North Hollywood, José se duerme por unos minutos despertándose cada vez que el tren llega a una estación. Le toma aproximadamente dos horas para llegar a Northridge desde su casa en Lincoln Heights. (fotos por MILDRED MARTIN / EL NUEVO SOL)

Por SHAHRAZAD ENCINIAS

Cuando era pequeño quería ser astronauta, pero se le tapaban los oídos. Después pensó que iba ser doctor, pero no le gustó. Ahora aspira ser profesor y ayudar a otros.

Desde los 8 años, José competía a nivel nacional el kárate. Por el deporte él tuvo la oportunidad de viajar por todo el país y participar en las competiciones nacionales, las olimpiadas para los menores y la Panamericana.

“Gané medallas de oro en Illinois, Tejas, Florida, Nevada y California. Yo paré de entrenar karate porque tuve que empezar a recaudar fondos para poder ir a la Universidad”, escribió en un correo electrónico. “Una educación universitaria cambió mi batalla de aspirar para las Olimpiadas a pelear para un acceso a la universidad”.

José fue aceptado en la Universidad de California en Santa Cruz y cuando visitó la ciudad universitaria descubrió que no podía asumir el coste económico de asistir la escuela.

“Lo chistoso era que vi en el panfleto un ejemplo de un estudiante con el mismo promedio que yo tenía en la secundaria y con el mismo ingreso que reciben mis padres. A él le dieron un estimado del dinero que le iban a dar de ayuda financiera. Le hubieran pagado casi toda la escuela”, explicó el joven. “¡Eso soy yo! Yo califico. Bueno, califico pero no puedo aplicar”.

Educación: estudiantes afrontan la crisis económica y siguen sus sueños

Brian Parada, estudiante de cine, enfrenta problemas financieros mientras trabaja en un cortometraje basada en la historia de su padre. (Fotos Por NELSON LEMUS/ EL NUEVO SOL)

Por JOCELYN BONILLA

Son las siete de la mañana y Kennia Escobar se levanta y se alista para asistir la Universidad Estatal de California, Northridge. Aunque su primera clase de diseño gráfico, no empieza hasta dentro de algunas horas, tiene que repasar la materia. A las 9:40 a.m. recoge sus cuadernos, se sube al coche y se va de prisa, dejando su casa en la ciudad de North Hollywood.

Hoy es un buen día pues ha podido encontrar estacionamiento sólo en diez minutos, entre las calles de White Oak y Plummer. Normalmente le toma hasta media hora. Aunque tenga que caminar un poco para llegar al edificio de arte y diseño, Kennia prefiere esta opción a pagar el pase de estacionamiento de la Universidad que cuesta $162, dinero que en estos tiempos puede ahorrar o usar en otros gastos más urgentes.

Y es que nada ni nadie se ha podido escapar de los efectos de la crisis económica. Desde la bolsa de valores hasta los bancos; desde quienes poseen a viviendas a quienes son inquilinos; desde los pequeños empresarios hasta los empleado; todos han sentido su impacto. Y dentro de todos los afectados se encuentra también el grupo de estudiantes universitarios.

Educación: nuevas raíces de latinos LGBT; unidos, buscan informar y educar

Miembros de Gamba Adisa Quilomobo, un colectivo lésbico de color, transgénero y queer, apoyan a la lucha de derechos de immigrantes mientras buscan ser reconocidos por el resto de la comunidad latina. (fotos cortesía de SUYAPA PORTILLO)

Por JACKY GUERRERO

Una niña entra corriendo a la cocina donde su madre esta, y le dice con mucha emoción: “Mamá sabes lo que yo aprendí hoy en la escuela, aprendimos sobre un príncipe que se casó con otro príncipe y que yo me puedo casar con una princesa”.

Videos como estos fueron emitidos en la televisión hispana intentando convencer a la comunidad latina que si la Proposición 8 no pasara, las escuelas enseñarían la homosexualidad en sus aulas.

Eventualmente en noviembre del 2008 la proposición recibió el 52 por ciento del los votos a favor de cambiar la constitución de California estipulando que el matrimonio legal sólo puede ser aceptado cuando es entre un hombre y una mujer.

En el escrutinio, el 53 por ciento de los latinos votaron a favor de la proposición de acuerdo a las encuestas de salida.

Encontramos en general que las personas que ya están en riesgo de pobreza, son parte de la comunidad Lésbiana, Gay, Bisexual y Transgénero (LGBT) se encuentran en condiciones más críticas que los demás, dijo M.V. Lee Badgett de la Universidad de Massachussets, quien trabajó en el estudio que documentó la pobreza en la comunidad LGBT, patrocinado por el Instituto de Williams.

Educación—Opinión: la crisis económica y los estudiantes indocumentados

Por WILLIAM PÉREZ

Durante tiempos de crisis económica, cuando los trabajos son escasos y el paro sube, el consejo que reciben los estudiantes universitarios a punto de graduarse es el siguiente: quédense en la escuela, sigan estudiando. Si están a punto de terminar sus estudios de licenciatura, sigan en un programa de maestría. Si se van a graduar de la preparatoria, continúen su carrera en la universidad. Siguiendo este tema, recientemente el Presidente Obama anunció que aumentará la ayuda económica para todos los estudiantes, incluyendo a los adultos que quieran regresar a la escuela porque han perdido su trabajo o porque quieren incrementar su preparación educativa.

Todos esto parecen buenos consejos. Esperar tiempos económicos mejores mientras cultivamos nuestra preparación educativa. Cuando la economía se mejore y la tasa de empleo empiece a subir, hasta es posible que uno pueda conseguir un puesto aún mucho mejor. Para muchos, seguir este consejo es fácil. Sólo requiere completar la solicitud para los programas educativos, y cualquier otro papeleo necesario, y esperar. Para los estudiantes indocumentados, seguir ese simple consejo es casi imposible.