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Violencia Íntima, Familiar y Laboral / Intimate Partner Violence

Historias de supervivencia: voces contra la violencia familiar, de pareja y laboral

El Edificio de la Mujer, en San Francisco. Marina Sandoval / El Nuevo Sol. Murales de las artistas Juana Alicia, Miranda Bergman, Edyth Boone, Susan Cervantes, Meera Desai, Yvonne Littleton e Irene Pérez @ 1994, 2000, 2009.

Por JACQUELINE GUZMÁN
EL NUEVO SOL

El Nuevo Sol es un proyecto multimedia creado para servir a la comunidad latina. Cada año, estudiantes de diferentes culturas llegan a El Nuevo Sol dedicados a mostrar la realidad y las costumbres de muchos países. Este periódico ha sido creado gracias al programa de periodismo en español en CSUN.
Los reporteros son capacitados para que sus trabajos vayan más allá de lo superficial. El intento principal es crear reportajes responsables e investigativos: calidad en lugar de cantidad.

Poder decir que NO

Por ALEJANDRA CRUZ, LAURA GONZÁLEZ y ÓSCAR ORTEGA
EL NUEVO SOL
Este video narra las experiencias de tres supervivientes que sufrieron vejaciones por parte de sus parejas. “Poder decir que no” muestra parte de la realidad actual: una de cada cuatro latinas han sido abusadas en algún momento de sus vidas, según un informe de Unidos Against Domestic Violence. Estas mujeres nos relatan cómo la violencia fue parte de sus vidas por muchos años. En la mayoría de los casos, la violencia afectó también a los hijos directamente. Éste es el caso Eugenia (nombre ficticio) que tuvo que enfrentar el hecho de que su esposo abusara de su propia hija. Estas mujeres aprendieron a decir que no, a acabar con las situaciones de injusticia y a hacerse fuertes ante la adversidad.

Ecos del silencio: mujeres inmigrantes superan el ciclo de violencia

Women’s Building (El Edificio de las Mujeres), en donde se encuentran las oficinas de Mujeres Unidas y Activas, en San Francisco. Marina Sandoval / El Nuevo Sol. Las artistas del mural: Juana Alicia, Miranda Bergman, Edyth Boone, Susan Cervantes, Meera Desai, Yvonne Littleton e Irene Pérez @ 1994, 2000, 2009.

Por JACQUELINE GUZMÁN
EL NUEVO SOL

Miranda (nombre ficticio para proteger su identidad) es una mujer de 39 años que aún llora cuando recuerda el momento en que estuvo a punto de morir a manos del que una vez pensó era el hombre que más amaba.

“Sacó la pistola y me dijo: ‘¿Cómo que vienes embarazada? ¡Ese hijo no es mío!’ Sólo rezaba porque ya sabía lo que me iba a pasar. Iba embarazada, golpeada y amarrada. Cuando llegamos a un terreno solo, me bajó de la camioneta y me dijo: ‘hoy te vas a morir’…”

Hijas de la violencia: jóvenes se incorporan a las redes de ayuda de sus madres

A los 13 años, Jennifer decidió tener sexo con un amigo esperando que su padrastro la dejara en paz. Salió embarazada y tuvo un aborto forzado. Años después volvió salir embarazada otra vez y ahora tiene a su bebé de un año de edad. Marina Sandoval/El Nuevo Sol

Por MARLENE SALINAS
EL NUEVO SOL

Jennifer sueña con ser bióloga marina algún día. Aunque la joven de 17 años aparenta ser alegre y sin preocupaciones, la realidad es que ella sufrió violencia doméstica en su casa desde los 3 años de edad.

Jennifer (apellido omitido para proteger su identidad) aún recuerda todas las veces que su padrastro abusó de ella y de su mamá. “Una vez [mi padrastro llegó] con un amigo a la casa. Su amigo tenía una señora con dos niños”, comenta la originaria de Morelos, México, “A mi mamá se le ocurrió preguntar cuántos años tenían los dos [viviendo] juntos, pero mi mamá no sabía que la mujer no era esposa del señor. Cuando ellos se fueron, mi padrastro me mandó por un refresco, pero yo no quería ir porque yo sabía que él iba a golpear a mi mamá. Cuando regresé, él estaba ahorcando a mi mamá y ella ya estaba bien morada porque no podía respirar. Yo empecé a llorar y él me dijo que me callara y luego empezó a pegarme con un palo de escoba hasta que se rompió”.

Cruzando sexualidades

Alejandro con su novio y relación libre de abuso. “Tenía que entender que era un ser human distinto con pensamientos y emociones, nada que ver con mi ex”. Foto cortesía de Alejandro.

Por JULISSA REYES
EL NUEVO SOL

Después de haberse defendido de su pareja de un acto de violencia en frente de un club en San Francisco, Alejandro (nombre ficticio por seguridad) no supo por qué merecía el abuso de su ser querido.

“Le devolví el abuso físico”, recuerda Alejandro. “Corrí tan rápido como pude para escapar de él. Estaba sentado en las escaleras de Union Station preguntándome ‘¿qué había hecho mal y por qué estaba actuando de manera violenta?’”. Alejandro, de 26 años, vivió esa relación abusiva durante casi dos años.

La violencia doméstica, familiar e íntima en la comunidad LGBT (lesbiana, gay, bisexual y transexual) tiene las mismas características de violencia que en familias entre personas heterosexuales.

Check the English-language translation of this story published by our partner New America Media: Myths Mask Prevalence of LGBT Domestic Violence.

Sobrevivientes inmigrantes buscan ayuda para legalizar su estatus migratorio

“Llega a un punto cuando la víctima se dice: ‘si continúo en esta relación, me va a matar’”, explica Gina Amato Lough, abogada de Public Counsel. Cindy Von Quednow / El Nuevo Sol

Por CINDY VON QUEDNOW
EL NUEVO SOL

Cada vez que María (nombre ficticio para proteger su identidad) daba a luz a un bebé, el padre de sus hijos amenazaba con matarla.

“Yo estaba con el (primer) bebé, tenía tres días de haber salido del hospital… cuando le estaba dando pecho”, recuerda María en voz baja y llorando. “(Mi esposo) tenía un cuchillo y me lo puso (en el cuello) y cuando me agarró el brazo, no podía moverme ni para allá ni para acá”.

María se fue de la casa varias veces, pero siempre acababa regresando con él. En total, tuvo tres hijos con su abusador.

Cosechar el derecho a defenderse

Virginia Mejia detiene su llanto cuando recuerda su lucha por recibir la justicia. Marina Sandoval/El Nuevo Sol

Por MARLENE SALINAS
EL NUEVO SOL

Ninguno de los supervisores en los campos agrícolas quiere trabajar con Virginia Mejia. Le dicen que es problemática y que no quieren que empiece con “esas tarugadas”. Los problemas a que se refieren son los reclamos de acosos sexuales.

“Yo nunca había empezado ni he hecho una queja”, dijo Mejía, “Pero [los acosos sexuales de mis trabajadoras] eran fuertes. Yo tenía que confrontarlo”.

Virginia Mejía, de 59 años, trabajó por 18 años en los campos del Valle de Coachella, California, para la empresa Blas Rivera Vineyards. En todo ese tiempo, la originaria de Jalisco, México, jamás fue víctima ni conocía victimas de acosos sexuales de parte de los supervisores.

Rompiendo el ciclo machista

Por DIANA GARDUÑO, JEFFREY HERNÁNDEZ y JULISSA REYES
EL NUEVO SOL

Este video ilustra el problema de la violencia doméstica entre los jóvenes y la herencia de violencia que los padres pasan a sus hijos. Giselle García, de la organización Rompe el Ciclo (Brake the Cycle) informa sobre cómo identificar y buscar ayuda para enfrentar la violencia y el acoso entre los jóvenes. Jerry Tello, autor, consejero y organizador de la Red Nacional de Compadres (National Compadres Network) compara el machismo con el del hombre noble, quien participa positivamente en su familia y su comunidad. La socióloga Julia Perilla, profesora de la Universidad del Estado de Georgia, ha ayudado a muchas familias latinas a superar la violencia doméstica y sugiere métodos para acabar con la situación.

Tracking down the spiritual drum beat

Armando Gonzalez gives a tour of the cultural center, which serves as a meeting place for the San Fernando Valley circulo. Alejandro Arpiza / El Nuevo Sol

Alejandro Arpiza
EL NUEVO SOL

Ten years ago, Armando González says he could hear and feel his spiritual drum beating loud and clear – the only problem was he did not know where it was coming from.

Now 48, he has gone through what he describes as a re-encuentro—a rebirth or spiritual awakening.

The reasons for his rehabilitation, he said, as he sat peacefully in front of Tía Chucha’s Cultural Center in Sylmar one quiet evening as the sun was setting near El Cariso Park, is the Círculo de Hombres (Circle of Men) involved in the National Compadres Network.

Violencia familiar en el entorno militar

Una manifestante durante una protesta anti-guerra en Hollywood el 20 de marzo del 2010. Laleh Haverim / El Nuevo Sol

Por ADOLFO FLORES
EL NUEVO SOL

Selena Coppa no se puede acordar de la primera vez que su esposo la golpeó; de hecho no se daba cuenta que sufría violencia doméstica. Había conocido a su esposo por dos años antes de casarse, a los 20 años de edad.

“Creo que las condiciones del carácter abusivo hacia las mujeres militares las hace que acepten su propio abuso e interiorizarlo como normal,” cuenta la ex sargento del ejército, “Yo ni siquiera pensaba en ello como abuso hasta años después de que ocurriera”.

A walk in her shoes: the story of a domestic violence survivor

A pair of news shoes is a symbol of celebration—marking her courage to walk away from an abusive marriage and to “stand on my own two feet.” El Nuevo Sol Archive

By Summer H. Irby
EL NUEVO SOL

Every year on Nov. 27, the date of her wedding anniversary, Lourdes Navarro, 40, purchases a new pair of shoes. It is not a matter of embellishing her wardrobe. Rather, it is a symbol of celebration—marking her courage to walk away from an abusive marriage and to “stand on my own two feet.”

At the vibrant age of 20, just three years after migrating with her family to the United States from Guadalajara, Mexico, Navarro exchanged wedding vows with the man she met and fell in love with. Her husband, who had been a second generation Mexican American, had never shown signs of violence during their courtship.

Prevenir la incidencia de los abusos en la juventud

El alcalde de Los Ángeles Antonio Villaraigosa comparte con un grupo de estudiantes de la preparatoria Fairfax su experiencia como sobreviviente de violencias en el hogar. Virginia Bulaccio/El Nuevo Sol

Por VIRGINIA BULACIO
EL NUEVO SOL

En los alrededores de la escuela de Fairfax en Los Ángeles, Luis Hernández se encuentra con un grupo de jóvenes escuchando atento las confesiones de un político.

Acostumbrados a verlo en su faceta pública, los jóvenes se sorprenden ante la confesión del primera latino elegido alcalde de Los Ángeles en los últimos cien años: Su madre fue víctima de abusos por parte de su padre hasta que aprendió a defenderse y salir del infierno en el que estaba viviendo.

“Yo como víctima de violencia doméstica creo que es muy importante de que hable con los jóvenes para que aprendan la importancia de no dejar que un hombre te golpee en una relación. Muchas veces estas niñas y adolescentes creen que es aceptable… y lo que estamos haciendo con esta campaña es educar a los jóvenes de para no dejar que un hombre las maltrate de esa manera”, cuenta Antonio Villaraigosa.

Jóvenes frente a la violencia doméstica

Por Virginia Bulacio (galería audiovisual)
EL NUEVO SOL

Acoso en el ambiente universitario

Por ROXANNE ESTRADA
EL NUEVO SOL

Cuando Megan Flaherty miró a su mejor amiga Leslie sufrir y llorar, supo que tenía que hacer algo. El novio de Leslie había abusado de ella sexual, física y mentalmente. A pesar de que la relación había terminado, las cicatrices emocionales aún eran visibles. Cuando los recuerdos se precipitaron de nuevo, Megan se convirtió en una voz fuerte para ayudar a Leslie a comprender que el amor nunca debe dar lugar a abusos.

“Me dio rabia ver que una persona tan impresionante puede ser perjudicada por alguien que tan dañino y que no la apreciaba”, afirma Megan. “Yo podía ofrecer un alivio que nadie más podía”.

Han pasado cinco años y Megan, la estudiante de relaciones públicas, ayuda a los afectados por la violencia doméstica en CSUN, pero en lugar de simplemente escuchar sus historias, invierte tiempo inclinada sobre su computadora portátil en Facebook o Twitter. Como interna en el Centro de Servicios de Tratamiento de Asalto en el hospital de Northridge, conocido como CATS por sus siglas en inglés, ella utiliza las redes sociales para alentar a los estudiantes en edad universitaria a involucrarse con la acciones preventivas.

Un terror en común: el alcohol

Un estudio realizado por el Centro Para el Control y la Prevención de Enfermedades indica que más de un millión de mujeres son abusadas físicamente cada año. (Illustracion por Pearleen Kaur / El Nuevo Sol)

Por ALEJANDRA CRUZ
EL NUEVO SOL

Eugenia (nombre ficticio por seguridad) sufrió por más de 40 años de violencia en su hogar por el abuso de alcohol de su esposo.

“Le teníamos mucho miedo todos, porque cuando él llegaba a la casa tomado, todos corrían a esconderse o hacerse los dormidos”, recuerda Eugenia. “Él llegaba y, si estaban dormidos, con el cinturón los levantaba”.

Un estudio realizado por el Centro Para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) indica que más de un millón de mujeres son abusadas físicamente cada año en Estados Unidos.

En la mayoría de culturas alrededor del mundo existe la violencia doméstica y la comunidad latina no es la excepción de ello. Según el CDC uno de los síntomas que usualmente están involucrados con la violencia doméstica es el uso del alcohol y las drogas.

Korean abused women: survivors of language barrier, isolation and lack of public services

Images as the above are every day occurrences for Korean women facing domestic abuse by their spouses.

By Michelle Ramnarine
EL NUEVO SOL

Sitting at the Home on the Green Pastures (a refuge for abused Korean women and children) I listen to Ms. Ae Hee Lo (the home’s counselor) speak of situations occurring commonly today where immigrant women leaving their homes and families in Korea marry Korean-American husbands and move to America to find themselves isolated in a foreign country and in most situations, subject to domestic abuse.

Dejar el sensacionalismo y superar la violencia familiar

Marina Sandoval/El Nuevo Sol

Por ADOLFO FLORES
EL NUEVO SOL

Cuando hablamos acerca de la violencia doméstica, usualmente corremos para ayudar a la víctima y alejarla de su pareja. Sin embargo, nuevos estudios como los de la investigadora Julia Perilla de la Universidad del Estado de Georgia han encontrado nuevas líneas de acción. Después de haber entrevistado a mujeres latinas y preguntarles a ellas mismas cómo quisieran ser ayudadas, la mayoría respondió que quisieran eliminar la violencia en sus hogares sin separarse de sus parejas. De acuerdo a Perilla esto no puede ser realizado sin ayudar primero al abusador. Enfocarse en el hombre que golpea en vez de las mujeres que son víctimas es un concepto nuevo. Es atacar la violencia doméstica con un acercamiento diferente.